Enfoque Informativo
Anastasiia, Anna y Olga, tres gimnastas ucranianas han recuperado la paz y el sueño en el circo mexicano-estadounidense que las acoge, tras dejar su país en guerra, aunque viven pendientes del teléfono esperando noticias de sus familias en Ucrania.
«Pasé un mes sin dormir una noche completa. No podíamos salir a la calle a comprar comida, estábamos estresados y con miedo todo el día», cuenta Anna Starykh, de 21 años, en la calma de la carpa del circo situada en el estacionamiento de un centro comercial de la localidad de Yonkers, en la ribera del Río Hudson, al norte de Manhattan.
Nada parece perturbarlas en el show. Perfectamente maquilladas, hacen calentamiento y se preparan para la próxima actuación del circo, junto con colegas de otros países como Italia, España, Argentina, Venezuela o México.
«El trabajo realmente nos ayuda a tranquilizarnos y permaneces positivas», dice Anna.
Pero la tranquilidad de saberse a salvo no esconde la preocupación por sus familias en Ucrania, con las que hablan cada día.
Una visita familiar y el estallido de la guerra en Ucrania
Anastasiia Savych, de 20 años, y otros cuatro ucranianos que trabajaban desde hacía dos años con ella en el Circo Flip, habían viajado a su país para visitar a la familia y renovar su visado estadunidense, cuando se produjo la invasión rusa.
Dos muchachos que integraban el grupo debieron quedarse en Ucrania, movilizados, y fueron reemplazados por Olga Rezekina y Anna Starykh, que junto a Anastasiia, Irina Nazimova y Veronika Gabelok forman ahora el quinteto ucraniano del circo Flip, que en su espectáculo no tiene animales.
Las tres primeras salieron de Ucrania por Polonia, y llegaron a Estados Unidos el 22 de marzo, mientras Irina y Veronika lo hicieron por Rumania y llegaron 12 días antes.
Anastasiia emprendió su viaje el mismo día que el presidente ruso Vladimir Putin invadió Ucrania. «Nunca había visto la ciudad tan vacía, sin coches, sin gente, todo estaba cerrado… Parecía una película de miedo».
Más de 5 millones de personas han huido del país desde la invasión rusa, según el último balance de la ONU.
Joven se siente culpable tras huir de Ucrania sin su familia
«Cuando llegué aquí me sentía culpable porque estás escapando de tu país», dice Anastasiia. Peo su madre la convenció de que en Ucrania no podría ayudar a la familia, llegado el caso.
Ahora solo espera el mensaje de que la guerra ha acabado y «que hemos ganado», dice.
Contratada poco antes de la pandemia de Covid-19 en el circo de la compañía de la familia Vázquez, reconoce que «los últimos tres años han sido difíciles» y ahora «tengo que sonreír y ser positiva, pero este asunto (la guerra) es realmente duro».