Por Eduardo Salgado Sánchez
Fieles católicos de diversas partes del puerto de Acapulco, arribaron al templo de María de Guadalupe Reina de México ubicado en la avenida Universidad, a rendirle honor a la virgen morena en su día.
En recorrido realizado por esa mesa de información, se percató a feligreses en su mayoría mujeres, rindiendo oración a la guadalupana, par dar gracias por los favores recibidos.
En breve entrevista, el párroco Angel Cuevas Gutiérrez explicó que como todos los años, el fervor guadalupano se desbordó la noche del 11 para velar y cantar las mañanitas a la madre del creador, además de música, danzas y una verbena popular.
Destacó y agradeció, que la comunidad eclesiástica atendiera el llamado para evitar peregrinar ante las obras publicas que se ejecutan en las principales vías de la ciudad, muestra de ello que en todo el docenario, la parroquia recibió alrededor de 50 peregrinaciones, una cifra menor comparado a años anteriores.
El padre Angel llamó a todas y todos para que prevalezca la fe, “la virgen sigue siendo la madre de todos, la madre de la esperanza en la que tenemos mucha fe”.
También en entrevista, la señora Maripaz Lemus Zurita, exaltó la devoción a la Virgen de Guadalupe, que le fue inculcada desde niña y que, siempre ha formado parte de toda su vida, por el bien de toda su familia.
Recordó que no hace mucho, su familia pasó por situaciones complicadas dónde su salud, la de su esposo y su hija estuvo en peligro, no obstante con la fé hacia la virgen, llegó la sanación.
Cuestionada por el entorno que ocurre en la ciudad, como la violencia, doña Maripa llamó a no perder la fé y abrir su corazón.
El mismo llamado lo extendió a las personas “que tomaron el mal camino”.
“A traves de la oración de la paz, pido que todas y todos oremos por nuestros hermanos que regresen al buen camino”, puntualizó.
Cabe destacar que aunque no hay cifras de cuántos devotos tiene la Virgen de Guadalupe, el arribó de personas a la Basílica de la Ciudad de México es uno de los termómetros que dan pauta a una medición, dónde cada año el templo recibe alrededor de 20 millones de personas.