Los investigadores, que han analizado efectos como los de estar solo, tener un sueño inquieto o sentirse infeliz, han publicado las conclusiones de su trabajo en la revista especializada “Aging-US”, y han corroborado la trascendencia de que cualquier terapia contra el envejecimiento atienda tanto la salud mental como la salud física.
Antecedentes de pacientes detrás de la aceleración del envejecimiento
El estudio verificó con análisis de sangre y datos biométricos de casi 12 mil adultos chinos ese proceso de envejecimiento, y los investigadores detectaron que esa aceleración del envejecimiento se producía en personas con antecedentes de accidentes cerebrovasculares, enfermedades hepáticas y pulmonares, o en fumadores, pero también en aquellas personas con un estado mental vulnerable.
De hecho, los datos revelaron que sentirse desesperanzado, infeliz y solo, aumenta la edad biológica más que fumar, y que hay otros factores que también aceleran ese proceso de envejecimiento, como estar solo o vivir en una zona rural -debido en este caso a la baja disponibilidad de servicios médicos-.
De acuerdo a Manuel Faria de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), los estados mentales y psicosociales son algunos de los indicadores más sólidos de los resultados de salud y la calidad de vida, “pero se han omitido en gran medida en la atención médica moderna”.