“Ya no se trata de la Izquierda, de la Derecha, de Socialismo, etc., la corriente política de moda se llama Populismo, es la búsqueda y obtención del poder por el poder, poniéndose un grupo determinado, el disfráz que mejor les acomode o convenga.” OA.

El Populismo no es exclusivo de una determinada ideología o corriente política, tenemos grandes ejemplos en la derecha como Donald Trump o Jair Bolsonaro, como en la izquierda con Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales o AMLO en nuestro país. Desde luego que no podemos dejar de lado a los acompañantes, a sus respectivos equipos, claro que no me refiero a los electores, estos son tema aparte, no, me refiero a los cercanos, a los dirigentes de sus partidos políticos, a sus colaboradores, a quienes conforman sus equipos de trabajo, los de confianza plena, los que no fallan, etc., para mi son los peores, los lambizcones, los aduladores, los siempre risas, los lo que usted diga señor, como usted ordene señor. Ah como les hacen daño a sus líderes estos nefastos personajes, y esos líderes como se dejan hacer daño. El ego, maldito ego, que les hace creer que son dueños de la verdad, que son infalibles, etc., y luego pues resulta que cada lamesuelas, pues también tiene su área de poder con sus respectivos y así se va la cadena, lo que inevitablemente hace recordar a las cortes medievales o al senado romano.

En aquellos tiempos, pues la democracia era como cero a la izquierda, aquellos príncipes, reyes, soberanos, papas, etc., se debían a la divinidad, a los derechos que sus históricos linajes les brindaban, y claro, todo ello apoyado en las fuerzas de sus muy necesarios ejércitos, con cuya fuerza dominaban a sus pueblos. Hoy bien podría llamárseles dictadores.

Pero lo de hoy, sin duda que es el Populismo, digámosle a la gente lo que quiere escuchar. Averiguar sus necesidades y prometerle que se las vamos a cubrir, que les vamos a dar lo que se necesite, pintarles el cielo de rosa, a ver, como la vulgar conquista a una mujer: te voy a dar casa, comida y sustento como a una reina, y además te voy a ser fiel toda la vida, y así a 20 o a las que se pueda y lo permitan.

El politólogo Cas Mudde, define al populismo con la idea de que la sociedad está separada en dos grupos enfrentados entre sí: “el verdadero pueblo” y “la élite corrupta”, y el líder populista siempre se arropará con la bandera de representar a la voluntad del pueblo, en total oposición a un enemigo determinado, generalmente representado por el sistema al que pretende derribar para hacer limpias de conciencias y lidiar contra la élite Liberal.

El buen populista no es un político típico que cuide y observe las formas, todo lo contrario, son dados a los malos modales, a dar la impresión de que siempre se está en medio de una crisis con ellos a la ofensiva, otro rasgo que no falta es el estar siempre en una campaña política, con el objeto de convencer a sus electores, de que él no es ni representa al establishment, con lo que establecen una gran diversidad de negativos, como el antielitismo, la antipolítica, el antielectualismo, etc., lo que lo hace muy poderoso por la gran capacidad de adaptación a casi cualquier situación.

De ahí que les gusten tanto los referendos o las consultas publicas, las que prefieren por encima de “los complicados sistemas democráticos” de los gobiernos modernos, lo que explica bien los vínculos con el autoritarismo, ya que con la falta de confianza en los sistemas establecidos, se da el surgimiento de “liderazgos fuertes”. Muy ilustrativa nos resulta a este respecto, aquella frase de H. Chávez: “Yo exijo lealtad absoluta, porque yo no soy yo, no soy un individuo, yo soy pueblo”. Ah bárbaro, dijera Cantinflas, ¿Cómo es eso? Y es cuando entran los aplaudidores y los cortesanos de los que hablaba en un principio, y luego resulta, que muchísima gente se los cree y lo peor, ellos se lo creen.

Esta frase de Chávez, de alguna u otra manera ha sido expresada por otros líderes populistas en todo nuestro continente, lo que lleva a reconfigurar el espacio político en una nueva forma, que puede resultar aterradora: si no se está con el pueblo, entonces se está contra el pueblo, conmigo o contra mi.

El populista tiene también otra gran ventaja, ofrecen irresponsablemente, ofrecen rápido y demasiado, y ofrecen mucho más que cualquier partido político tradicional, incluso aquello que no tiene factibilidad, el objeto es obtener el poder al costo que sea.

Esto es un muy grave problema para la Democracia, la que sin duda está en una fuerte crisis de ya muchos años, la que no es precisamente debida a la corrupción, ya que esta se encuentra y es utilizada por todos los partidos políticos y por la sociedad misma. Es imposible unir a todas las personas bajo una misma etiqueta más allá de lo que son: personas, y se debería profundizar mucho más para entender lo que realmente está sucediendo, entre ello, una gran desconfianza en las Instituciones, una gran insatisfacción en cuanto a los niveles de vida de la gente, con una dolorosa brecha de desigualdad que cada vez se abre más, lo que da lugar a candidaturas cada vez más extremas.

Lo cierto es que la Democracia no ha cumplido con lo que ha prometido, su evolución se ha ralentizado y no ha permeado sus principios y valores en las conciencias de las personas. La revolución de las conciencias a la que el populismo lleva, es a la solución pronta y fácil, al mañana, o a aquel Hoy de Fox, o a se acaba la violencia en cuanto tome el poder y a en mi gobierno no habrá corrupción.

La Democracia ahí está, se tienen que perseguir y aplicar las Leyes, obedecer a la Constitución, legitimarla en el día a día, y eso desafortunadamente desde mi particular punto de vista, no se va a poder resolver con unas elecciones.

Les abrazo.