La conmoción cerebral es un tipo de lesión funcional común y causada típicamente por un golpe en la cabeza. A pesar de que se considera un traumatismo “temporal”, los científicos advierten que las conmociones afectan de manera directa las funciones del cerebro, haciéndonos más propensos a presentar problemas cognitivos característicos de una enfermedad neurológica severa.

El cerebro en estado de conmoción

Debemos tener presente que el cerebro es una masa suave que no está adherida al cráneo o a la columna cerebral. En su lugar, flota alrededor de una capa fina de líquido cefalorraquídeo que, si bien lo mantiene en su posición, no puede protegerlo de los grandes impactos. Por eso, cuando se presenta una conmoción, el cerebro sufre daños graves y busca la manera de reparar las zonas afectadas por sí mismo.

Durante ese proceso, las estructuras cerebrales pierden su capacidad funcional y comienzan a presentar fallos cognitivos. Tales como pérdida del equilibrio, de la memoria, déficit de atención o incluso causar trastornos visuales, dependiendo del hemisferio afectado por el impacto.

Este tipo de proceso posterior al golpe es el que los científicos denominan como “conmoción cerebral”, y resulta una condición particularmente alarmante en el caso de niños y deportistas con mayor exposición a los traumatismos.

Las conmociones cerebrales no son un juego

Abundantes estudios han determinado que una lesión en el cerebro antes de los 12 años, o la exposición repetitiva a impactos en la cabeza puede propiciar la aparición de enfermedades neuropsiquiátricas como la depresión o la demencia.

El más sonado respecto a esta condición es, posiblemente, la investigación publicada por el Dr. Omalu Bennet en 2005. Estudio mediante el cual se determinó que las contusiones cerebrales habían generado el aumento de los casos de suicidio en Estados Unidos.

Ante este panorama, los neurólogos advierten a quienes hayan presentado un golpe en la cabeza reciente que acudan lo más pronto posible a emergencias, para evaluar el daño y evitar el desarrollo. Especialmente, si ese golpe viene acompañado por los siguientes síntomas:

  • Dolor de cabeza
  • Náuseas o problemas de equilibrio
  • Trastornos visuales asociados como fotosensibilidad, visión doble, borrosa o cambiada
  • Fatiga excesiva o somnolencia que dificulta la capacidad para comprender, concentrarse y prestar atención
  • Cambios de ánimo agresivos como irritabilidad, nerviosismo o depresión
  • Confusión mental
  • Cambios en los patrones de sueño

Principalmente porque los daños de una conmoción cerebral no siempre ocurren de forma inmediata. En muchas ocasiones, el problema cognitivo puede prolongarse horas o incluso días después de la lesión inicial en la cabeza. Por tanto, debe monitorearse constantemente la salud mental del paciente en estos casos.

Un golpe en la cabeza que necesita de la ayuda de todos

Existen casos en los que la persona no es consciente de su sintomatología, justamente a raíz de la conmoción cerebral, y no pueden acudir a un especialista. En esos casos, la ayuda de otras personas resulta vital para asegurar el estado de la persona y evitar accidentes en las vías públicas.

Para hacer frente a este problema, los especialistas recomiendan que se preste atención a signos de desorden cognitivo en la persona. Tales como una apariencia aturdida o aturdida, cambios de comportamiento, torpeza o una pérdida de conciencia en el peor de los casos; y se contacte al personal médico adecuado.

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