Víctor Robles Mújica

El ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, cuestionó por qué no se ha citado a declarar a personajes como Miguel Osorio Chong, Jesús Murillo Karam o Eugenio Imaz Gispert, sobre el caso Iguala, quienes fueron secretario de Gobernación, procurador y director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional.

Indicó que es increíble que el gobierno federal no se haya dado cuenta de la tragedia de Iguala hasta  5 días después, lo que es sospechoso que pretendieron involucrarlo, sobre la desaparición de los 43 jóvenes normalistas, cuando la misma autoridades cumplió con la detención de los policías, y recataron a unos 40  normalistas para entregárselos a sus familiares.

Reconoció que se sigue la línea de que el móvil de esta tragedia sigue siendo la delincuencia, agregando que a su llegada como gobernador interino, no había tanta violencia ni grupos armados  surgieron  y difícilmente podrán contra la oleada, porque se trata de pequeñas células que son utilizados por otras organizaciones.

De tal forma que, Ángel Aguirre Rivero, se dijo inocente de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y aseguró que fue “un chivo expiatorio” del Gobierno Federal. 

Afirmó ante el Grupo Aca, donde nuevamente hizo un llamado a que se esclarezca el caso y “se le diga la verdad a los padres (de los normalistas) por muy dolorosa que sea”.

Agregó que él, y los entonces procurador, Iñaki Blanco Cabrera y el secretario general de Gobierno, Jesús Martínez Garnelo, han acudido a diversos citatorios y también, de manera voluntaria, a presentar información ante la entonces Procuraduría (ahora Fiscalía) General de la República y diversas comisiones especiales que se han conformado.

Aguirre Rivero también señaló que ninguno de los detenidos durante las primeras investigaciones que estuvieron a cargo de su gobierno, siguen detenidos lo que prueba que los procesos se hicieron sustentados y con pruebas.

Manifestó que todavía pesa la lápida  del caso Iguala,  pero que no  tiene manchas las manos, por esa razón dijo que él está más interesado en que se resuelva la situación legal. inclusive, señaló que un estudiante, Manuel Vázquez Arellano, quien se hace llamar “Omar el 44”, es ahora diputado federal pese a diversos señalamientos en su contra, algunos de ellos por supuestos vínculos con la delincuencia organizada.

Reprochó la falta de apoyo de la dirigencia nacional del PRD en aquel momento, especialmente “del impresentable” Carlos Navarrete Ruiz, entonces dirigente.

“Pensar que mi gobierno desaparecería a los normalistas es equivalente a cavar nuestra propia tumba cuando íbamos tan bien. 

El exgobernador de Guerrero indicó que la administración federal pasada quiso vincularlo con delincuencia organizada y lavado de dinero, tras la desaparición de los 43 normalistas y por dejar el PRI.

Aguirre Rivero informó que desde el gobierno federal había intención de “cobrar venganza” con los hechos violentos de septiembre del 2014 en Iguala porque dejó al PRI y decidió ser candidato a gobernador de Guerrero por una coalición que encabezó el PRD.

“Tocó temas que nunca se habían abordado en el caso de los 43. Habla de cómo desde un inicio la entonces Procuraduría General de la República toma en sus manos lo que ya se había avanzado durante los primeros 10 días de investigación, y así desecha por completo la indagatoria que en ese tiempo realizó el entonces Procurador General del Estado Iñaki blanco Cabrera” , indicó el exmandatario estatal.

Alejando Encinas, dijo el exgobernador, llegó a la conclusión que desde ese momento el gobierno federal ya pretendía armar “la verdad histórica a modo”.

Agregó que en la nueva investigación que sigue la Fiscalía se reconocen las declaraciones e investigaciones que en ese tiempo hizo la Procuraduría de Guerrero “y eso me place mucho porque es un reconocimiento al trabajo que se hizo en nuestra entidad”.

Como parte del proceso de investigación, mencionó Aguirre Rivero, de las personas que fueron encarceladas por esos hechos, por parte de la entonces Procuraduría General del estado, “hasta ahora ninguno ha quedado en libertad, lo cual habla de la solidez y profesionalismo con que se hicieron las cosas y no hubo método de tortura”, enfatizó.

El exgobernador de Guerrero consideró que al paso del tiempo se seguirán conociendo más elementos y datos “para demostrar también que en el caso Ayotzinapa hubo un móvil político también para afectar a la administración que yo encabezaba”.

Abundó, que porque en las investigaciones no solo se involucró a la hoy Fiscalía General de la República, sino a áreas de algunas secretarías que no tenían nada que ver en el asunto de los 43 normalistas, lo que da cuenta de que “hubo ese sesgo político para perjudicar a un gobernador que pertenecía a una coalición de las izquierdas encabezadas por el PRD. En otras palabras: “nunca hubo perdón desde que yo dejé el PRI”.

Recordó que desde 2014 a la fecha no hay una responsabilidad jurídica en contra de él, ni contra sus colaboradores cercanos, “alguien tenía que caer, y en este caso fue el entonces gobernador de Guerrero para tratar de frenar la presión social que se estaba dando”, sostuvo, y mencionó que en ese momento el gobierno federal no pensó que los hechos tendrían una trascendencia incluso internacional.

Ángel Aguirre insistió que tiene la conciencia tranquila y recordó que, de acuerdo a lo que escribió la periodista Anabel Hernández, quien escribió un libro sobre esos hechos, la Policía Federal tenía conocimiento previo, “y no hicieron nada”.

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