Enfoque Informativo
Se están llevando talleres a los distintos sectores de la sociedad, para atender este problema postraumático
Quedaron secuelas emocionales por el huracán Otis especialmente en niños y jóvenes del Puerto de Acapulco, por tal motivo se están llevando talleres a los distintos sectores de la sociedad, para atender este problema postraumático, aseguró la psicóloga, Mariana Morales Rodríguez catedrática de la UAGro.
El impacto de Otis y sus repercusiones en el ámbito educativo
Al mediodía del 24 de octubre de 2023, una vez conocidas las características de Otis, considerado en ese momento como tormenta tropical, la Secretaría de Educación Guerrero suspendió las actividades escolares en el turno vespertino en todas las escuelas del municipio. De acuerdo con datos oficiales, Otis impactó entre las 00:30 y 02:30 horas del 25 de octubre; durante ese lapso de tiempo todo el municipio se vio expuesto a lluvias intensas y ráfagas de viento que superaron los 300 kilómetros por hora.
El amanecer del 25 de octubre fue desolador. Prácticamente todas las calles, casas, negocios, hoteles, restaurantes, y desde luego escuelas, tuvieron algún nivel de afectación.
No hubo una estrategia gubernamental que permitiera el control de los servicios y necesidades primarias; prácticamente todos los negocios en el municipio fueron saqueados.
En el caso de las escuelas —algunas también fueron saqueadas—, la prioridad de las autoridades educativas fue establecer puentes de comunicación con los directivos, para que estos, a su vez, realizaran la misma labor con los docentes y estudiantes y padres de familia. Esta tarea fue sumamente compleja: al menos durante cinco días no hubo comunicación de ningún tipo (telefonía, internet, radio, televisión).
En el caso particular de quienes escriben este artículo, fue hasta la tarde del mediodía del 26 de octubre que tuvimos acceso a las instalaciones de un par de escuelas para conocer sus condiciones, lo que seguramente fue la realidad de las directivas y los directivos de las escuelas de Acapulco.
La reacción de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de la Secretaría de Educación Guerrero ocurrió a partir del 30 de octubre, cuando realizaron recorridos por algunas de las instituciones educativas y solicitaron reportes a los directivos para conocer el estatus de infraestructura y las condiciones del personal.
Posteriormente, a partir del 13 de noviembre, comenzó el censo de escuelas realizado por la Secretaría del Bienestar para documentar el estatus de las escuelas públicas del municipio. Las escuelas particulares no fueron consideradas en este censo. Entre el 25 de octubre y el 10 de diciembre de 2023 fueron emitidos nueve comunicados oficiales, siempre giraron en torno a las siguientes condiciones:
La reanudación de actividades en aquellas escuelas donde las instalaciones no representaran ningún riesgo para la comunidad educativa y la instrucción a los servidores públicos para que, en coordinación con los docentes, trabajadores, madres y padres de familia, generaran en lo inmediato condiciones de regreso a clases.
Ninguna autoridad —federal, estatal o municipal— brindó recursos (económicos o materiales) para la limpieza de la mayoría de las instituciones educativas, situación similar a la reanudación de las actividades presenciales tras la pandemia. Esto último evidencia una práctica común de todas las autoridades educativas de México en las últimas décadas: delegar sus responsabilidades primarias a las comunidades educativas.
Tampoco hubo una estrategia para compensar el tiempo que la mayoría de las escuelas del municipio (sobre todo las públicas) han estado cerradas, reconociendo los esfuerzos propios que los directivos y el personal de muchas de éstas han realizado para generar cierta continuidad en los procesos académicos y de contención respecto a temas socioemocionales.
En este sentido, destacan las acciones del personal de la escuela primaria “Capitán Antonio Abarca Memije”, donde los docentes convocaron de manera periódica a padres y a estudiantes para compartirles actividades que de alguna forma compensaran la falta de actividades presenciales (situación similar a la vivida durante la pandemia).