n hombre que contrabandeó y vendió copias de El Juego del Calamar en Corea del Norte habría sido ejecutado frente a un pelotón de fusilamiento, de acuerdo con un informe de Radio Free Asia, después de que las autoridades descubrieran a un grupo de estudiantes viendo en su salón de clases una de las series de Netflix más populares.

“Todo comenzó la semana pasada cuando un estudiante de secundaria compró en secreto un pendrive que contenía la serie de Corea del Sur El Juego del Calamar”, dijo una fuente anónima de las autoridades en la provincia de Hamgyong del Norte, al servicio de noticias surcoreano RFA. “El amigo se lo contó a otros estudiantes, que se interesaron y compartieron el pendrive entre ellos”, agregó.

Según el reporte, el contrabandista llevó la copia de Squid Game a Corea del Norte desde China, y vendió la serie de Netflix en unidades USB. El estudiante que compró la serie fue condenado a cadena perpetua, mientras que el resto que vieron la serie deberán cumplir una condena de cinco años de trabajos forzados. Los maestros y administradores de la escuela fueron despedidos y expulsados del Partido de los Trabajadores, y podrían terminar trabajando en minas remotas en Corea del Norte.

Si bien El Juego del Calamar es una serie ficticia que se desarrolla en Corea del Sur que retrata algunos problemas mundiales como la economía, la pobreza y la desigualdad, Corea del Norte aprovechó a principios de este mes para decir que la serie era el reflejo de una “sociedad desigual donde los fuertes explotan a los débiles” y el carácter “bestial” de la “sociedad capitalista de Corea del Sur donde la humanidad es aniquilada por la competencia extrema”.

Irónicamente, RFA dice que uno de los siete estudiantes arrestados habría conseguido evitar su castigo porque su padre rico sobornó a las autoridades con 3 mil dólares.

“Los residentes se quejan de que el mundo es injusto porque si los padres tienen dinero y poder, incluso sus hijos condenados a muerte pueden ser liberados”.

El año pasado, Corea del Norte aprobó la “Ley sobre la eliminación del pensamiento y la cultura reaccionarios” que impide ver, poseer o distribuir producciones de países capitalistas como Corea del Sur y Estados Unidos. La pena es la muerte.