Juan José Romero
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Integrantes del Consejo Interreligioso calificaron como burla que la legisladora presentara su iniciativa vestida de obispo; además de que, aseguran, la iniciativa está llena de irregularidades
Integrantes del Consejo Interreligioso amagaron con presentar una denuncia de juicio político contra la diputada trans, Salma Luevano Luna, quien presentó una iniciativa de reforma Constitucional a los artículos 4 y 24 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.
Califican como una burla y falta de respeto a las asociaciones religiosas el hecho que la “diputada” subiera a tribuna del Congreso de la Unión disfrazada de obispo para argumentar la iniciativa de reforma que presentó y que pretende poner límite a los sacerdotes o líderes de cultos religiosos.
“Porque es lo que ameritaría en este caso, ya que incurrió en una falta de responsabilidad administrativa prevista en la ley federal de responsabilidades administrativas y al haber trasgredido el artículo 108, Constitucional por ese motivo estamos aquí haciendo mención de estas situaciones”, expuso Carlos Marx Barbosa, vocero de esta asociación.
En conferencia de prensa, quienes integran esta asociación civil, señalaron el tipo de redacción de la iniciativa, va orientado a que se maneje sanciones contra los ministros de culto, pero bajo argumentos que no son ciertos, “y lo peor del caso lo está haciendo con cierta discriminación, un discurso de odio contra del sector religioso”.
Recordaron que en México el 92 por ciento de la población profesa una fe religiosa, de ahí la preocupación que dicen tener sobre la forma en que se redacta, y como maneja el “ajuste” que pretende hacer a la Ley de Asociaciones Religiosas.
Señalaron que con esta iniciativa, la legisladora, rompe con diversos pactos internacionales, porque maneja una situación de injerencia sobre el sector religioso, “entonces está rompiendo los pactos internacionales, esto es algo grave”.
Asimismo, señalaron que la iniciativa presentada no deja claro a qué situaciones se refiere, a qué cuestiones de discriminación o discursos de odio, “lo deja muy ambiguo”, lo cual podría derivar en que cualquier persona interprete lo que dice la biblia, y pueda asegurar que se incurre en un discurso de odio, “lo cual es falso”.
“Otra cosa que también nos preocupa, es que al estar haciendo este tipo de redacciones en su iniciativa, esta de cierta manera también haciendo actos de injerencia, el estado laico no lo está respetando, al momento de que está llevando a cabo esta situación, de estar involucrando o querer que el estado este supervisando actos que son propios de una asociación religiosa”, señaló.
Los integrantes de esta asociación coincidieron que no hay ningún discurso de odio hacia la comunidad LGTB, por el contrario, aseguran que las diferentes expresiones no reniegan de quienes tienen preferencias sexuales diferentes al grueso de la población, “la iglesia no rechaza a los homosexuales sino que los hace personas”, dijo el sacerdote Baltazar Vega.