Escuché por la mañana la conferencia del Presidente López Obrador, y llamó mucho mi atención cuando nuestro presidente, recomendó a los estudiantes de Ayotzinapa cuidarse de los supuestos infiltrados, que al fin y al cabo son los delincuentes que desgastan el movimiento estudiantil, cobijándose bajo la impunidad para realizar actos ilícito, como lo es el robo de camiones, asaltar, y por supuesto, dañar propiedad ajena, así como sucedió en los pasados días, cuando tomaron un camión de la empresa privada Soriana y lo condujeron en contra de los policías; El Presidente fue muy certero: “estoy haciendo el llamado a los jóvenes, porque es una región donde hay delincuencia organizada”, la causa de los estudiantes es justa, pero siempre tiene que existir un punto medio para que ambas partes lleguen a un acuerdo.
Y sí, lo que pasó en 2014 es algo que jamás se olvidará. La complicidad y la indiferencia de los gobiernos pasados dificultaron más que la herida aún no cierre. Hay una deuda eterna con los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, pero tampoco debemos tolerar a nadie que actúe fuera de la Ley, es obligación de ambos lados, estudiantes y Gobierno, establecer un diálogo que restaure, y de alguna manera, pueda hacer progresar la relación para un mejor Guerrero.
No obstante, lo anterior es de aplaudir, lo que hoy el nuevo gobierno gesta, en donde dice: basta a los abusos, basta a las excusas, y no permite la impunidad, esa impunidad que siempre había existido, en donde dejaban que la delincuencia organizada o los estudiantes tomaran las casetas y cobraran para beneficio propio, cuando es incomprensible en qué podría ayudar a su lucha el tomar las casetas, o si es un mero manejo para financiar a grupos de poder, que siempre se esconden entre las sombras y que envían a jóvenes con la esperanza de hacer un cambio, llevándolos por un camino de no retorno, por ello, es de destacar que al nuevo gobierno no le tiembla la mano para exponerlos y para acabar con esta situación.
Es por lo anterior que, si aspiramos a poder empezar de nuevo, lograr una gobernabilidad, lograr un diálogo conciso, preciso y conciliador, debe ser vital tener las cosas en claro y poder garantizar que con los estudiantes el diálogo siempre estará disponible, pero con los delincuentes… Será imposible. Para lograr una democracia sólida y consolidada es vital hacer prevalecer el Estado de Derecho, siendo reiterativos: nadie debe estar por encima de la Ley.
¿Cuándo una lucha deja de ser justa? ¿Cuándo la libertad de expresión cambia, y las palabras se vuelven acciones negativas? ¿Hasta qué momento podemos expresar nuestro sentir? ¿Hasta cuándo es suficiente? Estas y muchas incógnitas, pueden surgir en el imaginario y pensamiento colectivo, o simplemente se pudieran pensar en otras, pero a mí me gusta responderlo con el siguiente refrán: Ojo por ojo, y todo el mundo acabará ciego.
Es por ello, que invito a las personas a que reflexionemos, a todas las personas que hoy están llevando a cabo una lucha social, recuerden que si bien, el estado te falló al momento de poner en práctica la ley de tailon, solo estás contribuyendo a que este genere más violencia o una consecuencia a esa acción, y que al momento de dañar una institución, estás dañándote a ti mismo, porque todas y todos somos Guerrero, y el cambio lo hacemos todos.