Enfoque Informativo
El mexicano finaliza en la séptima posición y reprocha a su compañero por no acatar la orden de dejarle pasar en la última vuelta para ampliar la ventaja frente a Leclerc por el subliderato del mundial
Penúltima fecha de la temporada y a Checo Pérez se le atragantó el Gran Premio de Brasil. El mexicano tenía la mejor oportunidad para alargar la distancia contra Charles Leclerc en la pelea por el subcampeonato. Pérez, que en un punto de la carrera iba segundo, terminó séptimo con todos los neumáticos degradados y sin posibilidad de podio. Eso deja las cosas empatadas con puntos 290 para ambos y con la última carrera por correr en Abu Dabi. La carrera la ganó George Russell de Mercedes, seguido de Hamilton y por Sainz. Las estrategias, esta vez, no fueron las mejores para Red Bull ni el compañerismo de un Verstappen que no le dejó pasar en la última vuelta para que sumara más puntos pese a la orden de los jefes. “No sé qué pasó, después de lo que he hecho por él. Si tiene dos campeonatos, es gracias a mí”, reprochó el mexicano tras la carrera en entrevista a F1TV.
El mexicano, en sus dos temporadas en Red Bull, ha jugado como el compañero al servicio de Verstappen. En ambos años, Pérez ha sido el escudero en los dos campeonatos del neerlandés. Y pese a las órdenes de equipo, el de Guadalajara nunca había reprochado. Hasta hoy. “Gracias por eso, chicos. [Verstappen] mostró en realidad quién es”, lanzó con sarcasmo y molestia Checo Pérez por la radio. Verstappen, ya sin jugarse nada, no cedió. “Se los he dicho, tengo mis razones”, respondió el vigente campeón de la F1. “Tenemos que sentarnos y discutirlo. Hay que mirar hacia adelante y seguir. Definitivamente dejaré que gane en Abu Dabi”, matizó Verstappen a pregunta de F1TV.
Pérez arrancó desde la cuarta posición, detrás de Verstappen, Hamilton y Russell. El lugar de largada no era el mejor después de una áspera clasificación, donde quedó noveno, y luego una carrera sprint, donde escaló al cuarto. En la pista de Interlagos, en São Paulo, los de Red Bull debían pescar a los Mercedes que han resurgido tras una mala temporada. Mala porque estaban acostumbrados a quedarse con todo en los últimos cinco años.
La lanzada inicial, Pérez supo defenderse bien de Lando Norris y aguantó la presión de Verstappen. En la primera vuelta Magnussen, quien ganó la inesperada pole position, se trompeó y golpeó el auto de Ricciardo para provocar el safety car. En la reiniciada, Verstappen y Hamilton chocaron por lo que le abrieron la oportunidad a Pérez para quedarse segundo. Al bicampeón le sancionaron con cinco segundos. Como si no faltaran buenas noticias para Red Bull, Leclerc perdió el control de su Ferrari y se salió de la pista.
El mexicano debía acercarse a Russell y tratar de alargar la distancia frente a un Sainz en modo torpedo. Al español, de nuevo en el año, le amargaron la carrera con un pésimo tiempo en el cambio de neumáticos. Así que todo quedaba en un Checo Pérez contra los Mercedes, porque Hamilton quería atacar. En la vuelta 24, Pérez cambió de neumáticos por unos más frescos. Russell emuló la estrategia.
Pérez, sobre el giro 40, empezaba a tener la amenaza de Hamilton en los espejos laterales. Cinco vueltas después, el siete veces campeón del mundo superó al Red Bull para ganarle el segundo lugar. Tres vueltas después, tuvo que salir a cambiar neumáticos de nuevo para aguantar hasta el final. Su rival era Sainz.
Un virtual safety car se impuso en la pista, por lo que ayudaba a Sainz a tener llantas nuevas para competir en las últimas vueltas de las carreras. Era la batalla por el tercer lugar entre el español y el mexicano. El Red Bull no pudo aguantar ante la mayor potencia del Ferrari. Y por si hubiese sido peor, Leclerc le superó. Unas vueltas más adelante, Fernando Alonso y Verstappen le ganaron la posición. Antes de que bajaran la bandera a cuadros, le pidieron al neerlandés ceder la posición al mexicano aunque ya era demasiado tarde. “Lo sentimos por eso, Checo”, intentó consolarle Christian Horner, jefe de Red Bull. Lo último, por ese segundo lugar del mundo, quedará en Abu Dabi. São Paulo ha dejado una grieta en Red Bull.