Enfoque Informativo

  • Se dice que los Bajau soportan hasta 13 minutos bajo el agua a una profundidad de 60 y 70 metros

A través de los años las generaciones nuevas nacen con capacidades que desafían los límites del cuerpo, así ha sucedido con los llamados gitanos del mar, los pueblos tradicionales llamados bajau, que son capaces de permanecer bajo el agua sin necesidad de respirar durante largos periodos de tiempo.

Las Islas Filipinas son un gran archipiélago de peñas islas que como es de evidente, están rodeadas por grandes cantidades de agua, situación que ha marcado la vida de los habitantes de aquella región que viven principalmente de la pesca. Pero antes de que la región siquiera obtuviera su nombre, un grupo de pueblos tradicionales aprendieron a vivir de manera libre en los mares.

Llamados Bajau, el pueblo es conocido como “nómadas del mar” o “gitanos del mar” y como casi todos los pueblos indígenas tradicionales, llevan miles de años habitando en su territorio y coexistiendo con la naturaleza. Los primeros registros de los bajau que se tienen datan de hace 15 mil años atrás y desde entonces se han dedicado a la vida en el mar.

Incluso algunos de ellos todavía habitan en sus casas flotantes, desde donde se internan en el mar para conseguir el alimento necesario para subsistir, se han extendido hacia otras partes de los mares asiáticos como Tailandia. En sus pequeños botes llevan consigo lo necesario para vivir y se desplazan por el océano.

Mutación de sus genes

Pero la característica que los ha vuelto icónicos frente al hombre moderno es que los bajau nacieron para bucear. Desde pequeños se internan en las profundidades del mar y, por lo tanto, han desarrollado la capacidad de soportar largos periodos de tiempo sin respirar. En promedio un miembro de la tribu bajau puede sumergirse hasta 70 metros de profundidad y contener la respiración hasta por 13 minutos.

Tomando en cuenta que un humano promedio apenas si puede suspender la respiración por 1 minuto, los bajau se han convertido en un ícono del buceo. Y esta es la razón por la que la ciencia se ha interesado en comprender cómo es que llevan sus cuerpos al límite, al grado de haber mutado para adaptarse a la vida en el mar.

La primera investigación que analizó muestras de sangre de miembros de los pueblos bajau, fue la realizada en 2018 por Melissa Ilardo, Eske Willerslev y Rasmus Nielsen de la Universidad de Copenhague. Analizaron muestras tomadas de 59 aldeanos bajau y las compararon con muestras de otros pueblos tradicionales de la región que en su historia han tenido poco contacto con el mar.

Allí descubrieron que los gitanos del mar habían desarrollado un gen conocido como PDE10A, que es producido por la tiroides y que tiene como principal objetivo, hacer que el bazo crezca. El bazo actúa como un almacen de glóbulos rojos, así que cuando contenemos la respiración se contrae y libera glóbulos rojos que son los encargados de transportar oxígeno al cuerpo. Hoy en día sabemos que es posible entrenar esta habilidad y para prueba de ello están los alpinistas que se someten a entornos con oxígeno pobre, así como también los buceadores libres que no utilizan equipo para sumergirse.

Pero lo más intrigante es que los bajau no poseían bazos grandes como consecuencia del entrenamiento, sino que los recién nacidos, incluso antes de sumergirse en el agua, ya poseen bazos de tamaños más grandes que el promedio.

Es por esto que los investigadores creen que los bajau llevaron a tal límite sus cuerpos que ahora es parte de sus genes, mutaron en cierto sentido. Las evidencias son sorprendentes y nos sugieren que el cuerpo es tan asombroso que puede cambiar su composición para adaptarse a condiciones extremas.

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