Jorge Laurel González

Afganistán. El caos. 4ª. Y última parte

Si Afganistán no es capaz de resistir a los talibanes, las tropas de EE. UU. no pueden hacer la diferencia.

Joe Biden (Presidente de los Estados Unidos de América) (1942- ).

Hace 20 años, desde diciembre de 2001, después de que el Gobierno talibán fue derrocado y se formó el nuevo Gobierno afgano, siendo Hamid Karzai, presidente, la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) establecida por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sirvió para ayudar a la administración Karzai y proporcionar una seguridad básica. Las fuerzas del Talibán también comenzaron a reagruparse dentro de Pakistán, mientras que más tropas de la coalición entraron en Afganistán y comenzaron la reconstrucción del país devastado por la guerra.

Tras perder el poder a manos de una coalición internacional (ISAF), los talibanes comenzaron un movimiento insurgente para recuperar el control de Afganistán. Durante la siguiente década, la ISAF y las tropas afganas llevaron a cabo numerosas ofensivas contra los talibanes, sin lograr claros resultados. Afganistán sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, debido a la falta de inversión extranjera, la corrupción del Gobierno y la insurgencia talibán.

Mientras tanto, el Gobierno afgano fue capaz de construir unas estructuras democráticas, y el país cambió su nombre a la República Islámica de Afganistán. Se hicieron intentos, a menudo con el apoyo de los países donantes extranjeros, para mejorar la economía del país, la salud, la educación, el transporte y la agricultura. Las fuerzas de la ISAF también comenzaron a entrenar a las fuerzas de seguridad afganas. En la década posterior a 2002, más de cinco millones de afganos fueron repatriados, incluyendo algunos que fueron deportados por países occidentales.

Para el año 2009, comenzó a formarse un Gobierno en la sombra talibán en ciertas partes de la nación. En 2010, el presidente Karzai intentó mantener negociaciones de paz con los líderes talibanes, pero el grupo rebelde se negó a asistir hasta mediados de 2015, cuando el líder supremo de los talibanes, finalmente, decidió hacer un intento de conversaciones de paz.

Después de la muerte de Osama bin Laden en mayo de 2011 en Pakistán, fueron asesinadas muchas figuras prominentes afganas. Las escaramuzas en la frontera entre Afganistán y Pakistán se intensificaron y muchos ataques a gran escala por parte de la Red Haqqani basada en Pakistán también se llevaron a cabo a través de Afganistán. Estados Unidos culpó a elementos criminales dentro del Gobierno paquistaní en el aumento de los ataques. El Gobierno de EE. UU. gastó decenas de miles de millones de dólares en ayuda para el desarrollo de más de quince años y más de mil millones de dólares en gastos militares durante el mismo período. La corrupción de los contratistas de defensa y de desarrollo occidentales y afganos asociados alcanzó niveles sin precedentes en un país donde el PIB nacional es a menudo solo una pequeña fracción del presupuesto anual del Gobierno de Estados Unidos para el conflicto.

Después de las elecciones presidenciales de Afganistán de 2014, Ashraf Ghani Ahmadzai se convirtió en presidente en septiembre de 2014.​ La guerra de Estados Unidos en Afganistán (la guerra más larga sostenida por los EE. UU. hasta ahora) terminó oficialmente el 28 de diciembre de 2014. Sin embargo, miles de tropas de la OTAN lideradas por Estados Unidos permanecieron en el país para entrenar y asesorar a las fuerzas del Gobierno afgano.​ La guerra de 2001 a la fecha se ha traducido en más de 90 000 muertes relacionadas directamente con la guerra, que incluyen los insurgentes, los civiles afganos y las fuerzas gubernamentales. Más de 100 000 han resultado heridos.

El 14 de abril de 2021, el secretario general de la OTANJens Stoltenberg, dijo que la alianza acordó comenzar a retirar sus tropas de Afganistán antes del 1 de mayo. Poco después de que comenzara la retirada de las tropas de la OTAN, el Talibán lanzó una ofensiva contra el Gobierno afgano, avanzando rápidamente frente al colapso de las fuerzas del Gobierno afgano. Según un informe de inteligencia de Estados Unidos, era probable que el Gobierno afgano colapsara, dentro de los seis meses posteriores a que la OTAN completase su retirada del país.​ 

El 15 de agosto de 2021, cuando los talibanes controlaban una vez más la gran mayoría del territorio afgano, los talibanes comenzaron a capturar la ciudad capital de Kabul, con evacuaciones a gran escala de civiles, funcionarios gubernamentales y diplomáticos extranjeros a través del Aeropuerto Internacional de Kabul controlado por las fuerzas de los Estados Unidos. Al parecer, se ordenó a los combatientes talibanes que no interfirieran en las evacuaciones de civiles y que dejaran salir de la ciudad a quienes quisieran. Más tarde, ese mismo día, los informes noticiosos afirmaron que Ashraf Ghani había abandonado Afganistán junto con el vicepresidente Amrullah Saleh.

Las Naciones Unidas y otras organizaciones desempeñan un papel crucial en los intentos de reconstrucción del país. De cualquier modo, es muy difícil predecir qué va a ser de él a largo plazo, aunque el exsecretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, confirmó la ayuda económica y militar al Gobierno afgano (ahora en el exilio) para el establecimiento del orden interno del país asiático.

El parlamento de Afganistán era bicameral, sus cámaras son: la Cámara de los Ancianos y la Cámara del Pueblo. Desconocemos si habrá cambios. 

Desde la caída de Kabul, la organización de los talibanes ha tomado el control de facto del país, conformando un Gobierno provisional.​ Paramilitares y exfuncionarios de la extinta República Islámica están alojados en el valle de Panshir, no reconociendo al nuevo gobierno talibán.

El destino de Afganistán es incierto, es casi seguro que seguirán los enfrentamientos y la lucha por el poder por las diferentes facciones que compiten entre sí. 

Es una pena que hasta la fecha no solamente en Afganistán, sino en diversas partes del mundo, lo que persiste es la tesis de Thomas Hobbes, homo homini lupus, “el hombre para el hombre siempre es un lobo”.  

Hay conductas irracionales y erráticas, por ejemplo: En la actualidad, las niñas de Afganistán tienen prohibido de hecho volver a la escuela secundaria. En todo el país, se deniegan y aplastan los derechos y las aspiraciones de toda una generación de niñas”, afirmó Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

El derecho a la educación es un derecho humano fundamental que los talibanes, como autoridades de facto del país, tienen la obligación de hacer cumplir. Las políticas que aplican actualmente los talibanes son discriminatorias, injustas y violan el derecho internacional. Los talibanes deben reabrir inmediatamente todas las escuelas secundarias a las niñas; poner fin a todos los actos de hostigamiento, las amenazas y los ataques contra docentes y estudiantes, y abandonar el uso militar de las escuelas en Afganistán.

Amnistía Internacional pide además a la comunidad internacional que garantice la adecuada financiación del sector educativo de Afganistán, a través de organizaciones como la ONU y las ONG, para que las escuelas puedan seguir funcionando. No hacerlo podría negar el derecho a la educación a millones de estudiantes de Afganistán. Si pudieran darse cuenta, que es tan solo mediante la integración, la concordia, la búsqueda de la paz entre los seres humanos, es la única manera de crecer y fortalecerse, la única forma de ser mejores, entonces, harían lo propio y se darían cuenta que solamente Juntos, Logramos Generar: Propuestas y Soluciones.   JLG. 

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