Enfoque Informativo

Martin Griffiths, secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, pidió ayer una respuesta “urgente” ante la que, se prevé, será la peor sequía en cuatro décadas en la región del Cuerno de África.

Griffiths visitó Kenia y pudo ver de primera mano las consecuencias devastadoras de la falta de agua en plena temporada de lluvias, por cuarto año consecutivo.

“Durante mi visita me reuní con gente de la aldea de Lomopus, en el condado de Turkana, en Kenia, y hablé con desplazados en Doolow, Somalia, así como en la zona de Korehey, en la región de Somali, en Etiopía”, comentó Griffiths.

“Todas y cada una de las personas con las que hablé ha sido clara: esta crisis amenaza sus vidas y su forma de vida. Necesitan la atención del mundo y acciones. Ahora”, advirtió.

La sequía en el Cuerno de África afecta a más de 18 millones de personas en Etiopía, Somalia y Kenia; de las cuales, 16.7 millones no tienen nada que comer a diario y no saben cuándo podrán obtener su próxima ración.

Todo apunta a que estas cifras aumenten en las próximas semanas porque la estación lluviosa -de marzo a mayo- trajo de nuevo menos precipitaciones que la media de los últimos años, con lo que se confirma la peor sequía de las cuatro últimas décadas en el Cuerno de África.

En Lomopus los vecinos han relatado a Griffiths que es la peor sequía que pueden recordar. Muchas familias perdieron su ganado y les cuesta sobrevivir. Quienes han podido comprar alimentos están compartiendo sus escasas reservas con sus vecinos, pero muchos solo tienen dátiles para comer.

Los niños dependen del programa de alimentación escolar que garantiza una comida al día, pero muchos tuvieron que dejar la escuela porque no pueden pagar lo que cuesta y algunas niñas directamente han dejado su formación para casarse.

“Estamos dando la voz de alarma ante esta crisis y llevamos meses pidiendo contribuciones. Agradezco las donaciones y los compromisos de los donantes (…), pero ciertamente no queda tiempo: si no recibimos financiación inmediatamente para incrementar la respuesta humanitaria habrá que lamentar la pérdida de muchas vidas humanas”, explicó.

Griffiths también se entrevistó con cargos del gobierno keniano y abordó la respuesta de las autoridades a la crisis que pasa por la adaptación de las comunidades afectadas.

Finalmente, dijo: “Mi mensaje para el mundo es que no olvide a la gente de Lomopus y a toda la que necesita nuestro apoyo en toda la región. Esta gente es el rostro de la crisis climática global y no han hecho nada para causarla. Debemos plantarnos y solidarizarnos con ellos antes de que sea demasiado tarde”.

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