“No te preguntes que puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país”. John F. Kennedy. 

A estas alturas del partido, abrazarte es entrar a mi hogar.

A estas alturas de la vida, besarte es acariciarte el alma.

A estas alturas del transcurso, mirarte es encontrarme a mí mismo.

A estas alturas de esta historia, seducirte es vivir la primera vez.

Y no es que a estas alturas de nuestro tiempo presagie ningún final cercano, si no todo lo contrario.

Es que a estas alturas de ti y de mi, y de tantos nosotros sucedidos, a estas alturas solo es un pasado construido, un andamiaje de amor para nuestro principio que comienza ahora, el que nos resta, el que emociona y el que presentimos, el de sueños nuevos con los deseos encendidos. Deseos que se reparten y se multiplican en gritos, sonrisas, amores y propósitos por nuestros niños.

A estas alturas, en los que incluso parece que no nos alcanza el tiempo para tanto que nos ocurre a estas alturas. Pero mientras tanto y mientras alcance, hemos de seguir con este nudo diseñando el destino, el mismo en el que te he vivido, el mismo en el que te vivo.

Si… a estas alturas tengo muchas mil ilusiones contigo.

El texto anterior sin duda refleja el amor romántico, el que sesiente, se le procura y provoca a la pareja, en este caso a mi mujer, sin embargo, sabemos que hay distintos tipos de amor.

Chôros (sitio determinado, lugar limitado), palabra de orígen griego, que se usa para indicar el amor de arraigo, o el amor que sentimos por un lugar. En términos llanos es el amor que sentimos por nuestra tierra, por nuestro lugar de orígen.

Me refiero entonces al amor por México. Al amor que los mexicanos le profesamos a nuestro País, y por supuesto, al amor que muchos y muchísimos tantos que tienen otro lugar de orígen, tambien le guardan.

Estamos transcurriendo en tiempos harto difíciles, en circunstancias que hace apenas poco tiempo ni siquiera imaginábamos, estamos inmersos en una problemática en la que nuestro futuro se ve comprometido y en la que la ciudadanía tiene que actuar con compromiso, sabiendo que este es un importante componente del amor, en este caso el amor por nuestro País y si bien el amor siempre debe demostrarse, ahora más aún.

Son tiempos de ir más allá de la crítica para pasar a la acción desde el lugar en el que cada quien nos desempeñemos. Con pequeñas acciones de civilidad, de respeto mutuo y de reconocer, sustentar y promover el valor de los principios y de las responsabilidades, ya estaremos sumando positivamente a mejorar las circunstancias, en el entendido de que estas son imposibles de evitar, ya que por lo regular llegan con sorpresa, sin embargo, lo que si podemos cambiar es como reaccionamos ante ellas.

El amor por nuestro País implica amar desde luego su naturaleza, su belleza, su geografía e historia entre otros tesoros, sin embargo el mayor de ellos es su gente. Es su gente lo que en realidad le da forma y contenido, y lo que le da vida. Entonces son también tiempos de identificación y de unión.

México contiene una gran diversidad en cuanto a formas de ser y de hacer, costumbres, humores, idiosincrasia, orígenes propios de los mexicanos, de los que llegamos hace una, tres, cinco y hasta más generaciones, y de los que lo han habitado desde siempre, entonces son tiempos también de promoción de nuestra identidad con nuestra diversidad y de amar nuestras raíces, tiempos de empatía con todos nuestros paisanos, y de admiración por lo que hemos sido y somos. La admiración es otro muy importante componente del amor.

A estas alturas en que nos encontramos viviendo una crisis inédita de divisionismo y polarización.

A estas alturas en que la clase política se ha empobrecido moralmente y queda claro el pobre espíritu de muchos de los políticos más encumbrados actualmente.

A estas alturas en que estamos viviendo una fuerte crisis económica.

A estas alturas en las que el futuro se ve incierto.

A estas alturas NO son tiempos de miedos ni de ser pusilánimes.

A estas alturas son tiempos de poner cara, de poner esfuerzo, optimismo y coraje por salir adelante, son tiempos de descubrir de que estamos hechos, tiempos de recordar que hemos sabido superar desgracias anteriores, de donde debemos sacar inspiración y ánimo para vencer a las actuales. Son tiempos de demostrar porque y como amamos a México.

Termino este texto copiándome en la similitud del amor romántico y del amor de arraigo:

<<A estas alturas, en los que incluso parece que no nos alcanza el tiempo para tanto que nos ocurre a estas alturas. Pero mientras tanto y mientras alcance, hemos de seguir con este nudo diseñando nuestro destino, el mismo en el que te he vivido, el mismo en el que te vivo, destino que es el mío.

Si… a estas alturas México, tengo muchas mil ilusiones contigo>>.

Les dejo con esta reflexión: Es en el alma donde se nos guardan nuestros más caros sueños y nuestras más altas esperanzas, sueños y esperanzas a los que debemos darles vida que para eso vivimos. Descubriremos, si le damos verdadera importancia, que soñar y estar esperanzados en realidad son momentos de vida muy intensos, y que los podemos vivir cerrando los ojos durmiendo a los miedos, luego abriendo los ojos, con los sueños y esperanzas despiertos.

Les abrazo.