Enfoque Informativo
El chile es uno de los elementos más importantes de la gastronomía mexicana, sin embargo, el uso de este picoso condimento también es implementado en otras cocinas del mundo.
Se llama chile, ají o guindilla a los frutos de diversas especies de plantas del género Capsicum. Estos pimientos han sido parte de la cultura de diferentes países, que implementan su uso, principalmente en la gastronomía.
La presencia del chile en las culturas mesoamericanas es milenaria y su distribución se le atribuye a los dispersores biológicos de semillas, entre los cuales destacan los pájaros.
El picante tiene propiedades benéficas para la salud, entre las cuales destaca prevenir problemas cardíacos, como infartos y los derrames cerebrales causados por la presión arterial alta, estimula el metabolismo y es bajo en calorías, expresa el gastroenterólogo Héctor Gómez Jaramillo.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el consumo de picante estimula la liberación de endorfinas, sustancias propias del cerebro que producen sensación de placer, aunque según la opinión del gastroenterólogo de Héctor Gómez Jaramillo, la ingesta en exceso de este producto puede provocar gastritis y en algunos casos úlceras gástricas.
Sin embargo, las personas gustan de consumir este delicioso condimento. De acuerdo con la UNAM, la capsaicina es utilizada cómo analgésico, anticancerígeno y antioxidante. Durante la ingesta del chile, las moléculas de capsaicina se unen a Receptores de Potencial Transitorio (RPT), que tienen como una de sus funciones la transmisión y regulación del dolor.
Así que la sensación de picante y ardor ante la ingesta de este producto, en realidad se trata de un estímulo de dolor.
¿Por qué nos gusta comer un alimento que provoca dolor?
Picor, llanto, sudor, irritación bucal y en el estómago, que, en casos extremos, puede terminar hasta en un desmayo, son síntomas que puede experimentar una persona al consumir pimientos picosos.
Sin embargo, en países como la India, Jamaica y México, sus habitantes parecieran disfrutar cada mordida o cucharada que agregan a sus alimentos de este irritante condimento.
La ciencia tiene la respuesta a esta pregunta y tiene que ver directamente con las propiedades de dicho fruto.
De acuerdo a un artículo publicado en The Wall Street Journal, «comer chiles picantes nos permite enfrentar el peligro sin riesgo, activando áreas del cerebro relacionadas tanto con el placer como con el dolor».
Por lo que al comer picante y se genere el dolor por los Receptores de Potencial Transitorio (RPT), se activan el sistema de dopamina del cerebro y las mismas áreas que influyen nuestra percepción y conciencia.
Esta idea es secundada por una investigación del neurocientífico de la Universidad de Oxford Siri Leknes, dónde demostró que la sensación de alivio y placer, son las mismas.
Otro de los motivos por el cual los mexicanos soportan consumir grandes cantidades de picante es por que este alimento ha sido parte de su dieta desde hace más de ocho mil años, junto con alimentos como el maíz, el frijol y la calabaza.
Así que, el comer picante genera el mismo placer que ver una película de miedo o subir a una montaña rusa, acciones que nos pueden generar miedo y placer al mismo tiempo.