Enfoque Informativo

Más de medio centenar de países se unieron este viernes en Naciones Unidas para condenar las muertes de varios periodistas en Ucrania y exigir protección

Más de medio centenar de países se unieron este viernes en Naciones Unidas para condenar las muertes de varios periodistas en Ucrania y exigir protección para los profesionales de los medios que están cubriendo la invasión rusa.

«La seguridad física inmediata de periodistas y trabajadores de los medios sobre el terreno -tanto ucranianos como internacionales- es nuestra preocupación fundamental en medio del creciente número de informaciones comprobadas sobre ataques contra ellos por parte de las fuerzas rusas y la incesante escalada de las hostilidades contra civiles», señalaron en una declaración.

Los firmantes condenaron las muertes de Brent Renaud, Yevhenii Sakun, Pierre Zakrzewski, Oleksandra Kuvshynova y Oksana Baulina y subrayaron el «papel clave» que los periodistas tienen durante un conflicto.

«Llamamos a respetar la ley internacional humanitaria y a asegurar que los periodistas y trabajadores de los medios están protegidos», señala el texto, firmado por los países de la Unión Europea, Estados Unidos, varios latinoamericanos y otros como Japón o Australia.

La declaración condena además «todos los esfuerzos para silenciar y limitar la cobertura independiente» de la invasión dentro de la propia Rusia, acusando a las autoridades de Moscú de intimidar y acosar a periodistas y bloquear el trabajo de medios independientes.

También considera «inaceptable» el bloqueo en Rusia a Facebook, Twitter y varios medios extranjeros «bajo falsos pretextos de que estaban difundiendo información ficticia sobre la guerra en Ucrania» y critica las leyes que establecen sentencias de hasta quince años de cárcel para quien desacredite a las Fuerzas Armadas.

«Condenamos esta indefendible vulneración de la libertad de expresión y opinión», señalaron los países firmantes, que también cargaron contra la represión que están sufriendo los medios independientes en Bielorrusa, país que ha permitido a Rusia el uso de su territorio para lanzar su operación militar en Ucrania.

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