Fernando Hinterholzer
Se cumplieron tres años del gobierno de la autodenominada 4T, de Andrés Manuel López Obrador y lo celebro apoteóticamente con un Zócalo atiborrado de seguidores, provenientes en su mayoría, del sur del país, donde los “corifeos gobernadores” pagaron con gusto a los miles de acarreados, desviando tantito dinero de sus presupuestos, para complacer al señor presidente. Pero no así el resto de mexicanos que no apoyan el movimiento transformador obradorista, el 45% de clase media, intelectuales y científicos, la prensa, los papa de niños con cáncer entre otros, se preguntan, qué hay que celebrar. Algunos “opinologos” comentan, que la popularidad presidencial, es sin duda alguna, el motivo de la celebración para el presidente. En algunas casas encuestadoras muestran que al día de hoy, el presidente es igual de popular, que cuando asumió el poder, alrededor de 65 por ciento de aprobación. Lo sorpresivo de esta medición, es que sucede cuando en casi cualquier la situación, ya sea de índole económica, sanitaria, de seguridad, de pobreza es de deterioro para México y los mexicanos. Si vemos la inflación, estamos en el punto más alto de los últimos 20 años; el más alto de este siglo, en un 7%.
El Presidente dice que no nos debemos de preocuparnos, porque el fenómeno es estacional e internacional, vaya consuelo para millones de mexicanos. Si revisamos la inseguridad, los homicidios no se detienen. Llegamos a más de 104 mil homicidios en lo que va de este sexenio. En todo el sexenio anterior se cometieron alrededor de 62 mil homicidios. Esto a pesar de la política de abrazos y no balazos, con la que el presidente había prometió acabar con la militarización del país y lejos de ello, la ha exacerbado, 33 % de estados y territorios, controlados por el crimen organizado, que aumento su presencia, ante el retiro del Ejército, la Marina, y la Guardia Nacional adscrita a otras funciones. En materia de pobreza, existen ya casi 9 millones de nuevos pobres. Esto a pesar de la promesa de que sus programas sociales acabarían con la pobreza. En materia económica, la deuda pública creció en 2.1 billones de pesos; esto representa el 51.3% del PIB, al inicio de su administración prometió el Ejecutivo que no nos íbamos a endeudar. El tipo de cambio al inicio de su administración estaba, en 20 pesos con 17 centavos, hoy está en 21.60. Las gasolinas han aumentado un 17% sólo en el último año. Y qué decir de la luz también ha subido.
El manejo de la pandemia ha sido tan lamentable que en América Latina somos la nación que más fallecimientos por millón de habitantes presenta, en México, han habido 99.2 defunciones por millón de habitantes. En materia de Corrupción, todo se reduce un caso, aun sin sentencia ni evidencias, el de Rosario Robles, y otro más al que no lograron sacar “toda la sopa y ha sido el gran fiasco de la FGR, Emilio Lozoya. Pero lo más evidente en la materia, fue que alcanzamos el lugar 137 de entre 142 países, somos de los 5 peores más corruptos del mundo. En materia de rendición de cuentas: la Auditoría Superior de la Federación, fue arrasada por el gobierno, se redujeron en 2021 el número de denuncias penales en contra de desvíos, e inconsistencias en los reportes del gobierno federal. El 78 por ciento de los contratos en 3 años de gobierno, se han otorgado por asignación directa, sin concurso ni licitación. La Democracia ha mostrado retrocesos con la desaparición de organismos autónomos del Estado, que el actual gobierno decidió desaparecer o simplemente, cooptar. La Comisión Nacional de Derechos Humanos, “ni jede ni huele”. La Comisión Reguladora de Energía (CRE), desaparecida en los hechos; la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), igualmente. Con los frecuentes ataques presidenciales a los órganos autónomos como el INAI e INE, se agregan ahora, ataques y ofensivas frontales en contra de la UNAM y el CIDE). La democracia en México es hoy, a tres años de gobierno de la 4T, más endeble, más precaria y más indefensa. Este gobierno ha buscado minar los pilares esenciales de nuestra preclara democracia, generando la polarización, el descredito constante y la sospecha permanente. La proximidad con los carteles criminales y la inquietante presencia de militares en la vida política y administrativa, enseñan las tinieblas misteriosas sobre la 4T y “su jefe máximo”. El apetito por controlar y someter a la Suprema Corte de Justicia, y al Banco de México, dan muestra de la indudable presencia de un gobierno autoritario y totalmente antidemocrático. La 4T ha representado un grave retroceso para México. Los números de estos tres años, dan muestro de ello.
Existe el escenario que conforme avance de la epidemia y su cuarta ola aunada al desplome económico se agreguen a los reclamos ciudadanos por la seguridad, será entonces cuando López Obrador aumentara su irritación, dada su proclividad de no controlar sus emociones. Y con ello se estrechara su círculo cercano a los más leales, y radicalizará sus posiciones. Varios de sus subordinados ya se han percatado desde hace tiempo del fracaso del proyecto transformador. La separación entre la proclama presidencial y la operación de su gobierno será cada día más evidente, aumentando la “alienación y la molestia”. El presidente va estrechando su círculo, con figuras cada vez más leales pero cada vez menos competentes. Se ha apoyado cada vez más en el las Fuerzas Armadas, abrió su sucesión muy anticipadamente, los conflictos internos aumentan, y ha vuelto a eventos masivos en las plazas públicas. El trabajo por cambiar y transformar se concentra más bien en la difusión más que en la realidad cotidiana. Todo sido un cambio irreal, basado en distribuir dinero, más que en transformar el sentir de la población que en este nuevo gobierno lo puede todo, que tiene las mismas oportunidades y que puede haber menos desigualdad. Si revisamos las obras emblemáticas de esta administración Dos Bocas, tren maya y Santa Lucia, ninguna de estas obras va a beneficiar realmente a los más pobres, que no poseen automóviles, nunca se van a viajar al sureste y usar el tren, y mucho menos van a viajar en avión. Hay que decirlo abiertamente, la popularidad no refleja la eficacia. Después de tres años de gobierno, la 4T está reprobada en seguridad pública, en el manejo sanitario de la pandemia, en cuestiones económicas, y hasta en el combate a la corrupción que tanto presume. La 4T ha logrado un peligroso retroceso para México. Los números dan cuenta de ello.
ES CUANTO
ADENDDUM: La pandemia del COVID-19 con todo y sus variantes delta o ahora la todavía poco conocida Omicron, avanza inexorablemente por el mundo y llego a nuestro país, pero esto no es algo que les quite el sueño a las autoridades sanitarias. Esta más que claro que su prioridad es la política electoral, porque tal pareciera que una vida bien vale muchos votos. Increíble que después de 22 meses de pandemia parece no haber entendido nada de sus errores. La soberbia y la estulticia pesan más que su capacidad de aprender.