Noé Mondragón Norato

El asunto de fondo no consiste en la certidumbre de reconocer una y otra vez, que es el senador morenista Félix Salgado Macedonio, quien de verdad gobierna la entidad en el nombre de su hija Evelyn, sino que el Toro sin Cerca en su momento y como edil de Acapulco, no lo hizo bien. Y Evelyn, sin experiencia política alguna y casi nula en la administración pública, no atina hacia dónde avanzar. Ese déficit en la gobernanza operando desde la perspectiva del municipio más grande e importante de la entidad y luego de la novatez para dirigir una entidad atascada de problemas, fue trasladado irremediablemente, al actual gobierno estatal. Y si no, allí están los hechos.

CRISIS RECURRENTES. – El próximo miércoles cumplirá dos meses de haber asumido la administración estatal presidida por la 4T. La primera acción de un gobernante consiste en designar a su gabinete. Pero desde que Evelyn Salgado inició su gobierno, arrastró con el lastre legal de convivir con el titular priista de la fiscalía General del Estado (FGE), Jorge Zuriel de los Santos Barrila, herencia política del ex gobernador Héctor Astudillo. Al final, le movieron el piso para expulsarlo de la dependencia. Desde el pasado 15 de noviembre, la FGE permanece sin titular. Y el crimen, la violencia y la impunidad se desataron. Pero la gobernadora no reacciona. Por las pistas arrojadas en medios de comunicación y redes sociales, evalúa que su desempeño se limita a dos cosas: otorgar apoyos a la población más necesitada. Y mantener vivo el discurso contra la corrupción. Pero ya las cosas comienzan a salirse de control: 1.- Si en el municipio de Huitzuco —gobernado por el Morena— se concentraron hace unos días la Guardia Nacional, el Ejército y la Policía estatal, con la intención de disuadir al grupo delictivo “La Sierra”, que había impuesto un “toque de queda”; lo que en verdad le está detonando con fuerza es el crimen del maestro universitario Salvador Catalán Barragán, un militante y fundador del Morena en la región centro que fue “levantado” el pasado jueves y posteriormente asesinado junto con su hijo Marcos Robles Alejo. Salvador era ex consejero del Frente Unido por la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (Fusdeg), un grupo de Autodefensa que operaba en el municipio de Tierra Colorada y en El Ocotito, municipio de Chilpancingo. Ningún protocolo de seguridad institucional funcionó desde las horas posteriores al plagio. Fue el propio Fusdeg quien bloqueó, como medida de presión, la carretera federal de Tierra Colorada por espacio de 20 horas. Apenas el pasado 22 de noviembre fue emboscado y ejecutado en ese mismo municipio, Maximino Alejo Prudencio, el “comandante Chimino” del Fusdeg. En la agresión también pereció otro integrante de ese grupo de Autodefensa. 2.- A pesar de la expansión del crimen, la violencia y la impunidad por varios municipios de la entidad, la gobernadora Evelyn Salgado titubea y manda señales de inseguridad. Primero, dijo que en la designación del fiscal “ya no es como antes”. Con ello dejó sobreentendido que no mandaría una terna de aspirantes al Congreso del estado. Pero al final de cuentas, cambió de opinión. Se entiende que no había leído la Constitución política de la entidad que le otorga esa prerrogativa. El punto, sin embargo, aparece diáfano: sin el consenso de las fracciones legislativas del PRI, PRD y PAN —más otros partidos pequeños que ya se sumaron— la designación del fiscal estará condenada a seguir empantanada. Porque cada fracción legislativa va a negociar “algo”. Y el presidente de la Jucopo, el morenista Alfredo Sánchez Esquivel, no ha recibido ninguna señal en ese sentido por parte de la mandataria estatal. Hay otra que es también, elocuente: la presidenta de la Mesa directiva, la priista Flor Añorve Ocampo, anticipó que sería el pasado 9 de diciembre cuando se designaría al fiscal. Nada pasó. Mientras tanto, el delito, la violencia y la impunidad se adueñan del territorio estatal. Retoman su carta de naturalización. Y no será con discursos como se apague el fuerte incendio de la pradera guerrerense. ¿O acaso todo seguirá igual que en los pasados gobiernos priistas y perredistas?

HOJEADAS DE PÁGINAS…Un pesado y pusilánime silencio guardó el rector de la UAGro, Alfredo Romero Olea, desde el jueves pasado, tras el plagio y posterior crimen del docente Salvador Catalán Barragán. Ninguna solicitud al gobierno estatal para que fuera presentado con vida. Ninguna condena al estado de inseguridad que padecen los universitarios formados en la lucha social. Ninguna solidaridad con los deudos. Lo cual infiere que para el rector no existe la comunidad universitaria. Ni le interesa protegerla. Que cada quien se rasque con sus propias uñas.

 

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