Juan José Contreras Lara

Como se sabe, el Congreso del estado inició el proceso para nombrar a un nuevo fiscal general, luego de la renuncia de Jorge Zuriel de los Santos Barrila, no obstante que su periodo concluía hasta 2024. Aparentemente tenía prisa por irse. 

Según el procedimiento que establece la Constitución del estado, para nombrar al nuevo fiscal, el Congreso ya emitió la convocatoria correspondiente, quedando registrados más de cuarenta aspirantes al cargo, que cumplieron con todos los requisitos.

De entre todos esos, los diputados deberán seleccionar a diez, los que se supone son los más aptos, pero que en realidad son escogidos como resultado de cabildeos, negociaciones y acuerdos entre los legisladores. La aptitud y la experiencia son lo de menos.

Esa lista de diez nombres es enviada al Ejecutivo del estado, para que en este caso la gobernadora seleccione una terna, que a su vez devuelve al Congreso con el propósito de que los diputados se pronuncien finalmente al respecto, en base a criterios bastante opacos.

Aunque legalmente la Fiscalía es “autónoma” y se insiste mucho en ello, lo cierto es que ese procedimiento para nombrar a su titular, evidencia que en los hechos es todo, menos eso. El fiscal nombrado así, nunca se puede deslindar de la obligación política con quien lo palomeó desde palacio de gobierno y lo hizo votar por “sus” legisladores y demás asociados que logren sumar.  

En este caso, la gobernadora Evelyn, o su padre Félix, o ambos, esto no se sabe a ciencia cierta, porque no se alcanza a dilucidar quién realmente toma ese tipo de decisiones en Guerrero, ha anunciado que no ejercerá su facultad para definir la mencionada terna, “con el fin que los diputados decidan con toda libertad el nombramiento”.

Dicho así suena muy democrático, pero también puede ser un cómodo deslinde para que los legisladores de la 63, que no son muy buenos para ponerse de acuerdo, se hagan cargo, aparentemente sin línea, de una papa caliente que a futuro les termine quemando las manos, pues se trata de nombrar al responsable de la procuración de justicia en un estado que es presa permanente de la violencia.

Finalmente, aunque la gobernadora lo ha desmentido, se multiplican las versiones que señalan al destacado felixista Ludwig Marcial Reynoso, como su carta fuerte para el puesto e incluso se dice que ya están “planchando” y alineando a numerosos diputados de otras corrientes de su partido y a otros más de los partidos de enfrente, por si hicieran falta, pues se requiere de mayoría calificada. 

Ludwig es desde hace pocas semanas subsecretario de Desarrollo Político y Social de la General de Gobierno. Antes ocupó cargos menores en el ayuntamiento de Acapulco. Ignoro si tiene merecimientos o es un verdadero erudito del Derecho, pero si esto se confirma, vaya que trae una carrera meteórica, lo que es tener como padrino a un muy solidario senador.     

No hay que esperar mucho el desenlace de esta historia, concluirá cuando más, dentro de unos diez días.    

        

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