Enfoque Informativo

También hubo intercambio de disparos, hubo dos heridos; las autoridades rehabilitaron el operativo contra la agresores

Alrededor de las 5 de la tarde, se registró un nuevo ataque contra la base comunitaria de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), en el poblado de Buenavista de la Salud.

Tres granadas fueron arrojadas hacia la base comunitaria; también hubo intercambio de disparos, a pesar de la presencia de las corporaciones policíacas que resguardan el valle del Ocotito.

Los hechos ocurren a casi 40 días del ataque que dejó un saldo de siete muertos, entre civiles armados y guardias comunitarios de la UPOEG en Buenavista.

Luego de las primeras explosiones, corporaciones policíacas acudieron a la zona y comenzaron un fuerte operativo de seguridad. Participan Policías del Estadio, Ejército Mexicano, Guardia Nacional y Policía Ministerial.

Hasta el momento se desconoce el saldo de los hechos registrados durante la tarde de este domingo.

Versión oficial

Sobre el hecho registrado la tarde de este domingo en la comunidad de Buenavista de la Salud, municipio de Chilpancingo, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal informa:

En atención a un reporte al número de emergencias 911, personal de la Policía Estatal, en coordinación con autoridades civiles y militares, desplegaron un operativo en la zona a fin de otorgar vigilancia a la ciudadanía.

El personal de seguridad también realizó un recorrido de inspección sobre la carretera libre, a la altura de la base que opera un grupo de civiles armados en esa localidad.

En el lugar se ubicaron a dos de sus integrantes lesionados por impactos de esquirlas en un pie y un brazo, a causa de una granada de fragmentación, que presuntamente fue arrojada por hombres armados en contra del inmueble.

Es importante señalar que las heridas no son de gravedad. La Fiscalía General del Estado realiza las investigaciones correspondientes.

La Policía Estatal, así como personal del Ejército Mexicano y Guardia Nacional, mantienen presencia en la zona.

La Secretaría de Seguridad Pública Estatal atiende de manera permanente la vigilancia en este punto, así como en el resto de los municipios de Guerrero, a fin de salvaguardar la integridad de las personas.

Buenavista, junto con otros pueblos de ese corredor comunitario, en donde está el parque industrial de la zona ubicado en la carretera federal México-Acapulco, han soportado varias irrupciones armadas, de acuerdo con lo que reconoce la misma Fiscalía General del Estado (FGE), por parte de la agrupación criminal local “Los Ardillos”.

A inicios de marzo de 2018, los hombres armados atacaron con granadas y armas largas la misma base de la Policía Ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (Upoeg), agrupación a la que la gente se adhirió en 2014, debido al aumento de secuestros, cobro de cuotas, extorsiones, homicidios, feminicidios y desapariciones.

Ha habido otros asesinatos y heridos resultado de estas irrupciones. El cambio social inmediato son los cierres de negocios y la suspensión de clases. Esta vez las clases son en línea en la mayoría de las escuelas, pero aún así la comunidad famosa por su manantial parece desértica. Gente se fue dejando a sus animales. Otros se quedaron pero con miedo.

La gente habla de más de 10 muertos del saldo del 26 de enero, porque aunque aquí cuatro de sus policías perdieron la vida, del lado de los armados también reportan bajas. Pero aseguran que esos cadáveres fueron trasladados de regreso por esos mismos civiles con armas largas.

Entre los comunitarios que perdieron la vida está el maestro Mario Zamora, comandante y miembro de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG).

Frente a la comunidad de Acahuizotla, la FGE reportó otra confrontación entre los integrantes de un supuesto grupo criminal y policías del estado en el que murieron otros dos hombres. Tres policías estatales resultaron heridos tras esos acontecimientos más tres del sistema de seguridad de la UPOEG en Buenavista.

Una historia antaña por tomar el control

Hace cuatro años, Buenavista recibió otros ataques juntos, el 29 de enero y 21 de febrero del 2018, lo que orilló a las personas y autoridades educativas a suspender las clases, también en las comunidades de Mohoneras, El Ocotito, Cajelitos y Rincón de la Vía. Fueron 32 escuelas las que todavía hasta septiembre de ese año, no podían reanudar clases a falta de seguridad pública prometida por el entonces gobierno priista de Héctor Astudillo.

Aunque estos ataques empezaron desde 2017, la gente no podría acostumbrarse nunca al sonido de las balas.

Esta historia de más de cinco años tuvo otro episodio este 26 de enero, miércoles. Eran poco después de las 6 de la tarde cuando una familia que vivía casi frente a la base de la Upoeg, al pie de carretera de Buenavista, terminaba de comer. Primero oyeron como si hubieran encendido cohetes, aunque sus fiestas patronales quedan lejos. El Señor de la Salud, su santo patronal, no se festeja sino hasta marzo. Se les hizo raro.

“Se oía horrible, desde el balazo más leve hacía que vibraran las ventanas, imagínate las granadas que echaron. Fue muy feo. Como vivimos muy cerca, hasta pudimos escuchar las voces de los hombres, las cosas que se gritaban y cómo se coordinaban. —¡Dispárale! ¡Agáchate! — se gritaban. Supongo que a uno de ellos lo hirieron enseguida, porque clarito escuché que le dijo: —¡Súbetelo a la camioneta y llévatelo, que se nos va a ir!”.

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